Hong Kong es una ciudad mastodóntica y moderna, una urbe que apenas descansa aunque caiga la noche, cuando se ilumina con sus característicos neones. Como podéis sentiros un poco abrumados al llegar, os hemos preparado este post para saber qué debéis visitar y disfrutéis así de vuestro viaje a Hong Kong.
Hong Kong se conforma por una península y más de 200 islas. Os fijaréis en el gran contraste entre las avenidas modernas, más frecuentadas por extranjeros, y los barrios y callejones típicamente asiáticos.
Victoria Peak
Sin duda, si algo llama la atención son sus enormes rascacielos. Es curioso que muchos se encuentren comunicados entre sí por galerías, lo que permite atravesar manzanas más rápidamente. Paseando entre ellos podréis observarlos de cerca, pero lo que realmente impacta es ver el conjunto que forman, tanto de día, como de noche. Esto puede hacerse de dos formas.
Para admirarlos desde arriba, podréis tomar el funicular en Garden Road, que os llevará a lo alto del Victoria Peak, como lleva haciendo desde 1888. Esta vista permite, además, observar el contraste entre la maraña de rascacielos, a un lado, y las boscosas montañas, al otro.
El Paseo de las Estrellas de Hong Kong
En segundo lugar, la panorámica del skyline puede divisarse desde Tsim Sha Tsui, en la orilla de Kowloon. Aquí, además, se encuentra el paseo de la fama del cine hongkonés, con estrellas en el suelo bajo el nombre de directores y actores como Wong Kar Wai, Jackie Chan y Bruce Lee, con quien podréis fotografiaros gracias a la estatua que le dedicó la ciudad.
Las escaleras mecánicas más largas del mundo
Hong Kong cuenta, por otro lado, con el tramo de escaleras mecánicas más largo del mundo, 800 metros de pasarelas que ascienden 135 metros. Se encuentra en el distrito Central (Central Mid Levels), una zona repleta de restaurantes y bares de copas frecuentados por extranjeros y turistas. Si decidís subir hasta lo alto de las escaleras, descubriréis un barrio residencial formado por edificios altísimos, que pueden tener perfectamente más de veinte plantas.
El gran buda de bronce Tian Tan
En vuestra visita a Hong Kong también podéis conocer algo de sus tradiciones. En Lantau se alza un gran buda de bronce de 34 metros, el mayor buda sentado del mundo, al que llegaréis tras subir 268 escalones, esta vez convencionales. Junto a la imponente estatua se sitúa el monasterio Po Lin, con sus templos y altares. Para llegar aquí, podéis utilizar el teleférico o el autobús.
Si todavía os queda energía por consumir, podéis animaros a ir al parque de atracciones de Disneyland que se encuentra en Hong Kong. Seguro que os lo pasaréis muy bien, tengáis la edad que tengáis.
En una ciudad tan abarrotada como Hong Kong, puede que las prisas y el bullicio os acaben llevando a uno de los numerosos hostales que se encuentran en altos edificios, formados por habitaciones pequeñas y nada agradables. Lo mejor es planear el viaje con calma y evitar acabar en alojamientos que empañen vuestro viaje a la ciudad.
Hong Kong fue colonia británica hasta 1997, cuando fue cedida a China en forma de administración especial, por lo que, al igual que Macao, cuenta con cierta independencia. Esto, no nos vamos a engañar, atrae también a negocios no permitidos en la vecina China, aunque la visita a Hong Kong resulta igualmente tranquila y divertida.